martes, 22 de enero de 2008

Liderazgo y tipos de liderazgo

Liderazgo y tipos de liderazgo
Los líderes son personas únicas con características especiales y patrones de conducta que los hacen diferentes a los demás y que son el factor clave de su éxito. Sin embargo, es posible identificar algunos atributos de carácter general que los investigadores han utilizado para diferenciar algunos tipos de liderazgo.
Algunos investigadores han realizado estudios con el propósito de identificar rasgos de personalidad comunes en los líderes y que los identifiquen principalmente como conductores de grandes masas. El resultado de estas investigaciones se conoce como teoría de rasgos. A los líderes con estas características se les ha clasificado como carismático. Algunas características identificadas por Stogdill (ITNL, s.f.)) incluyen: Inteligencia, confiabilidad, responsabilidad, actividad social, gran originalidad y status socioeconómico.
Para 1960, el paradigma dominante sobre el estudio del liderazgo había evolucionado de la investigación sobre los rasgos de personalidad y situaciones a aspectos más dinámico. El liderazgo se comienza a verse como contingencias de rasgos y situaciones que involucran además transacciones o intercambios entre el líder y sus seguidores (Bass y Stogdill, 1990). En esta nueva concepción, los líderes intercambian promesas y beneficios con los subordinados. El liderazgo practicado bajo este esquema es el que actualmente se conoce como transaccional o negociador.
Actualmente se concibe al líder como la persona capaz de ejercer influencia en otros, dirigirlos y guiarlos efectivamente hacia el logro de objetivos y metas organizacionales y personales. Las organizaciones y los seguidores del líder confían y esperan que éste los conduzca al éxito. Sin embargo todavía hay organizaciones donde se piensa que para alcanzar los objetivos planteados, el líder tiene que ejercer poder y autoridad sobre sus seguidores. Esto por supuesto en la actualidad tiene resultados opuestos, ya que a las generaciones de jóvenes les agrada más la convicción que la imposición. Pero por otra parte, el liderazgo muy suelto y poco exigente retrasa el logro de metas, lo cual tampoco es conveniente. Esta situación siempre será una paradoja siempre será un problema para cualquier líder, quién tendrá que buscar un punto óptimo.
–- EL LÍDER AUTÓCRATA: Un líder autócrata asume toda la responsabilidad de la toma de decisiones, inicia las acciones, dirige, motiva y controla al subalterno. La decisión y la gula se centralizan en el líder. Puede considerar que solamente él es competente y capaz de tomar decisiones importantes, puede sentir que sus subal­ternos son incapaces de guiarse a sí mismos o puede tener otras razones para asu­mir una sólida posición de fuerza y control. La respuesta pedida a los subalternos es La obediencia y adhesión a sus decisiones. El autócrata observa los niveles de de­sempeño de sus subaltenos con la esperanza de evitar desviaciones que puedan presentarse con respecto a sus directrices.


- EL LÍDER PARTICIPATIVO: Cuando un líder adopta el estilo participativo, utiliza la consulta, para practicar el liderazgo. No delega su derecho a tomar decisiones finales y señala directrices específicas a sus subalternos pero consulta sus ideas y opiniones sobre muchas decisiones que les incumben. Si desea ser un líder participativo eficaz, escucha y analiza seriamente las ideas de sus subalternos y acepta sus contribuciones siempre que sea posible y práctico. El líder participativo cultiva la toma de decisiones de sus subalternos para que sus ideas sean cada vez más útiles y maduras.
Impulsa también a sus subalternos a incrementar su capaci­dad de auto control y los insta a asumir más responsabilidad para guiar sus propios esfuerzos. Es un líder que apoya a sus subalternos y no asume una postura de dictador. Sin embargo, la autoridad final en asuntos de importancia sigue en sus manos.
EL LÍDER QUE ADOPTA EL SISTEMA DE RIENDA SUELTA O LÍDER LIBERAL: Mediante este estilo de liderazgo, el líder delega en sus subalternos la autoridad para tomar decisiones Puede decir a sus seguidores “aquí hay un trabajo que hacer. No me importa cómo lo hagan con tal de que se haga bien”. Este líder espera que los subalternos asu­man la responsabilidad por su propia motivación, guía y control. Excepto por la estipulación de un número mínimo de reglas, este estilo de liderazgo, proporciona muy poco contacto y apoyo para los seguidores. Evidentemente, el subalterno tiene que ser altamente calificado y capaz para que este enfoque tenga un resultado final satisfactorio.
Desde luego, existen diversos grados de liderazgo entre estos estilos; sólo se analizaron tres de las posiciones más definidas .
En una época, algunos autores y administradores separaban uno de estos estilos de liderazgo y lo promovían como la panacea para todas las necesidades de su­pervisión.


La mayoría dio énfasis a la administración participativa, aunque el estilo autócrata tuvo varios defensores que lo promovían como la única técnica eficaz. Ocasionalmente existen promotores del estilo de rienda suelta que afirman que es un estilo singularmente provechoso. Las tendencias más recientes enfatizan la nece­sidad de adaptación y flexibilidad en el uso de los estilos de liderazgo, como oposición al perfeccionamiento de uno solo de dichos estilos.” Se cree que en la sociedad dinámica actual son raros los administradores cuyos pensamientos y preferencias sean completamente iguales y los trabajadores que tengan idénticas capacidades y necesidades. Y casi nunca hay dos organizaciones que tengan metas y objetivos idénticos. Debido a esto, por lo general se recomienda que el administrador tome en cuenta una serie de factores para determinar qué estilo de liderazgo es apropiado para cada situación.
En pocas palabras, un estilo de liderazgo será más eficaz si prevalecen determinados factores situacionales, en tanto que otro estilo puede ser más útil silos factores cambian.

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